
Los MAPUCHES deben su nombre a MAPU= tierra - CHE= gente - «GENTE DE LA TIERRA»
En épocas prehispánicas, la base de la autoridad dentro de la extendida familia que componía el grupo local, era el lonko o cabeza, representado por el miembro masculino de más prestigio y, generalmente, el más rico - Ulmén- de la comunidad. La autoridad y ascendiente de este personaje entre los demás miembros del grupo se basaba en su riqueza, buen criterio y elocuencia.
Aparte de su mejor nivel económico, que se refleja en Ia ruka de grandes proporciones y un mayor número de mujeres que los demás miembros, llevaba una vida en todo semejante a éstos. La prudencia del jefe en su relación con los subordinados era fundamental. Para toda resolución que afectara a la comunidad debía consultar con los demás jefes de familia y no se le aceptaban actitudes de autócrata.
En Ia siembra y cosecha de sus campos y Ia construcción de su casa, era ayudado por todo el grupo, mediante Ia institución del lofkudau, ocasión que aprovechaba para festejar espléndidamente a su gente, reafirmando de esta forma su prestigio dentro del grupo y redistribuyendo sus riquezas.
La cohesión social, en consecuencia, no giraba solamente en torno a este jefe, sino, principalmente, a los estrechos vínculos de parentesco que unían a los miembros del grupo y a Ias relaciones de solidaridad y cooperación que allí se producían. El patrón disperso de poblamiento, la gran movilidad de los grupos y Ia posibilidad de que los que disentían de la autoridad del jefe formaran otro grupo y se establecieran en otro lugar, cooperaban a la debilidad del vínculo de subordinación al lonko.
La conquista española introduce modificaciones a la organización social mapuche. En los territorios dominados, los conquistadores, para afianzar su imperio, imponen un régimen de mayor estratificación social. La corona hispana incluso nombra a los caciques gobernadores y funcionarios administrativos, dándoles bastón de mando, en nombre del rey. Esta situación también se da en algunos grupos del sur del río Toltén, donde los españoles establecen sus enclaves militares y misionales.
El impacto de la guerra en la Araucanía obliga al indígena a establecer un sistema de fuerte cohesión para la guerra: el toki, que no duraba más allá que el conflicto bélico para el cual era elegido.
En épocas prehispánicas, la base de la autoridad dentro de la extendida familia que componía el grupo local, era el lonko o cabeza, representado por el miembro masculino de más prestigio y, generalmente, el más rico - Ulmén- de la comunidad. La autoridad y ascendiente de este personaje entre los demás miembros del grupo se basaba en su riqueza, buen criterio y elocuencia.
Aparte de su mejor nivel económico, que se refleja en Ia ruka de grandes proporciones y un mayor número de mujeres que los demás miembros, llevaba una vida en todo semejante a éstos. La prudencia del jefe en su relación con los subordinados era fundamental. Para toda resolución que afectara a la comunidad debía consultar con los demás jefes de familia y no se le aceptaban actitudes de autócrata.
En Ia siembra y cosecha de sus campos y Ia construcción de su casa, era ayudado por todo el grupo, mediante Ia institución del lofkudau, ocasión que aprovechaba para festejar espléndidamente a su gente, reafirmando de esta forma su prestigio dentro del grupo y redistribuyendo sus riquezas.
La cohesión social, en consecuencia, no giraba solamente en torno a este jefe, sino, principalmente, a los estrechos vínculos de parentesco que unían a los miembros del grupo y a Ias relaciones de solidaridad y cooperación que allí se producían. El patrón disperso de poblamiento, la gran movilidad de los grupos y Ia posibilidad de que los que disentían de la autoridad del jefe formaran otro grupo y se establecieran en otro lugar, cooperaban a la debilidad del vínculo de subordinación al lonko.
La conquista española introduce modificaciones a la organización social mapuche. En los territorios dominados, los conquistadores, para afianzar su imperio, imponen un régimen de mayor estratificación social. La corona hispana incluso nombra a los caciques gobernadores y funcionarios administrativos, dándoles bastón de mando, en nombre del rey. Esta situación también se da en algunos grupos del sur del río Toltén, donde los españoles establecen sus enclaves militares y misionales.
El impacto de la guerra en la Araucanía obliga al indígena a establecer un sistema de fuerte cohesión para la guerra: el toki, que no duraba más allá que el conflicto bélico para el cual era elegido.